¿Qué sucede cuando un estudiante vende recargas de teléfonos y cigarrillos gratis con tarjetas hackeadas?

Un joven estudiante universitario logró hackear el sistema de tarjetas de algunos restaurantes en Singapur para obtener comidas, bebidas y cigarrillos gratis. Acorde a los participantes de un curso de ciberseguridad, Tee Chin Yue, estudiante de la Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU), descubrió que podía ingresar a los sistemas de pago de algunos restaurantes locales, lo cual realizó en repetidas ocasiones para cargar saldo apócrifo en cuatro tarjetas de puntos.

Al parecer, el joven hacker abusó de la debilidad en los sistemas de los restaurantes más de 130 veces, intercambiando el saldo mal habido para recargar tarjetas SIM a cambio de efectivo.

A la postre, Tee fue descubierto y reportado ante las autoridades por los restaurantes afectados, asegurando que las actividades ilícitas del joven generaron pérdidas por alrededor de 50 mil dólares. El hacker, de 25 años de edad, fue declarado culpable de fraude electrónico bajo lo estipulado por la Ley de Uso Indebido de Computadoras y Seguridad Cibernética de Singapur. La sentencia por otros cargos aún no se ha revelado.

El acusado es un joven malayo que obtuvo una beca para estudiar ingeniería informática en Singapur. Poco después de comenzar su estadía en NTU, comenzó a hackear algunas tarjetas de puntos para usar el aire acondicionado de su estancia. Posteriormente, Tee descubrió que podía usar un exploit similar para cargar saldo a las tarjetas en cuestión, reportan participantes del curso de ciberseguridad.

Al darse cuenta de que podía usar este saldo ilegítimo para recargar las tarjetas SIM de una compañía telefónica, Tee comenzó a ofrecer recargas a menor precio mediante el mercado en línea Carousell. El hacker habría obtenido hasta 20 mil dólares a través de esta plataforma.

Las actividades ilícitas de Tee siguieron por meses, hasta que a inicios de 2017 descubrió que el hack ya no funcionaba y las tarjetas habían sido inhabilitadas, por lo que decidió deshacerse de la evidencia, aunque ya era tarde para eso. Las autoridades ya habían sido notificadas del fraude, y meses después localizaron al joven hacker.

Después de un largo juicio, Tee fue condenado a 14 meses de prisión. Los documentos de la corte afirman que el estudiante empleó los conocimientos adquiridos en la universidad y en un curso de ciberseguridad para llevar a cabo el fraude y cubrir su rastro, aunque cometió algunos errores.

Acorde al Instituto Internacional de Seguridad Cibernética (IICS), este tipo de fraude se castiga con sentencias de al menos 3 años de prisión y multas por alrededor de 10 mil dólares, aunque la sentencia de Tee será menos severa.