Las autoridades británicas han propinado un severo golpe al cibercrimen. Acorde a expertos en consultoría de ciberseguridad, un hombre radicado en Leicestershire acusado de operar una red de narcotráfico en línea ha sido condenado a prisión, además las autoridades incautarán las ganancias que obtuvo gracias a sus actividades criminales.
Paul Johnson y su esposa Lia recibieron la orden de entregar a las autoridades 2.4 millones de libras, monto que obtuvieron a partir de la venta de drogas en dark web.
Los especialistas en consultoría de ciberseguridad mencionan que Johnson controló esta red de tráfico de drogas desde 2015 y hasta 2017, para lo que registró una empresa y alquiló tres inmuebles. El acusado recibía cargamentos de drogas en estas instalaciones y luego se anunciaba en múltiples foros clandestinos. Durante la etapa final de su actividad criminal, Johnson trasladó sus operaciones al sótano de su casa.
El arresto de Johnson fue posible gracias a que las autoridades fronterizas de Reino Unido detectaron y confiscaron algunos paquetes dirigidos a los inmuebles rentados por el acusado.
Después de conseguir una orden de allanamiento, la policía arribó al domicilio de Johnson, quien fue encontrado realizando transacciones de Bitcoin con presuntos compradores de droga. Durante la operación, las autoridades encontraron sustancias adictivas con un valor en el mercado de más de 9 mil libras, además de al menos 22 Bitcoin en la laptop del acusado, reportaron los expertos en consultoría de ciberseguridad.
Johnson fue acusado de tráfico de drogas y fraude electrónico, mientras que su esposa fue acusada de lavado de dinero; si bien las autoridades afirman que Lia Johnson sabía de la naturaleza ilegal del negocio de su esposo, no era partícipe activa de la venta de sustancias prohibidas. Finalmente, Johnson fue sentenciado a ocho años de prisión, mientras que su esposa recibió una sentencia de dos años.
Según los reportes oficiales, la pareja mantenía un estilo de vida ostentoso que difícilmente habría podido costear un hombre con un empleo común, como empleado de KFC.
Los tribunales acordaron que los crímenes cometidos por Paul Johnson generaron beneficios económicos considerables, por lo que la corte emitió una orden de confiscación. Si esta orden no se cumple, el acusado podría enfrentar diez años adicionales a su sentencia por incumplimiento, mientras que su esposa sería condenada a dos años más en prisión.
Acorde al Instituto Internacional de Seguridad Cibernética, en casos de esta naturaleza las autoridades británicas dividen el dinero confiscado entre sus diferentes áreas, incluyendo actividades administrativas, inteligencia, sistema penal, entre otros. Aunque las autoridades han dado importantes pasos en el combate a las actividades delictivas en dark web, aún queda mucho trabajo por hacer.
Trabajando como arquitecto de soluciones de ciberseguridad, Alisa se enfoca en la protección de datos y la seguridad de datos empresariales. Antes de unirse a nosotros, ocupó varios puestos de investigador de ciberseguridad dentro de una variedad de empresas de seguridad cibernética. También tiene experiencia en diferentes industrias como finanzas, salud médica y reconocimiento facial.
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