Los avances tecnológicos siguen alcanzando nuevas aplicaciones, tanto en la vida cotidiana como en los aspectos sociales relevantes. Rumbo a las elecciones de 2020 en Estados Unidos, se ha anunciado que un distrito que abarca la mayor parte de la ciudad de Seatttle será el primero en el que el total de los electores podrá emitir su voto desde un smartphone, reportan expertos en ciberseguridad.
La agencia ambiental estatal King Conservation District, presente en Seattle y más de 30 ciudades, dará a conocer más detalles sobre este plan para permitir que más de 1 millón de ciudadanos emitan su voto de forma electrónica.
El plan será aplicado durante una elección de la Junta de Supervisores y los votos serán recibidos hasta el 11 de febrero, día de las elecciones. Bradley Tusk, CEO y fundador de Tusk Philantropies, organización sin fines de lucro dedicada a la expansión de la votación electrónica, mencionó: “Esta es la campaña de transformación más importante para el proceso democrático”. Esta organización financiará el programa piloto.
Los sistemas de votación en línea serán habilitados por Democracy Live, compañía con sede en Seattle especializada en el tema. Para ingresar a los sistemas, los votantes registrados deberán emplear su nombre y fecha de nacimiento. Después de llenar su boleta, el votante deberá verificar su envío mediante una firma electrónica.
Acorde a los expertos en ciberseguridad, el envío de la boleta electrónica no es la única opción, pues los votantes podrán ingresar al sistema, completar la boleta y, en lugar de enviarla, podrán imprimirla y depositarla personalmente en las urnas o enviarla por correo tradicional.
Aunque la medida ya ha sido aplaudida y respaldada por un sector de la población, electores y entidades reguladoras también han expresado su preocupación por diversos motivos. Las elecciones locales en E.U. se caracterizan por una tasa de participación extremadamente baja, por lo que muchos analistas cuestionan la necesidad de implementar estos complejos planes. Por ejemplo, la pasada elección de la Junta de Supervisores registró una participación de menos del 1% de los posibles votantes.
Tusk considera que el poco interés de los electores a la larga se convierte en malos resultados entregados por los gobernantes, aunque la aplicación de la tecnología podría cambiar esto: “Si encontramos una forma de usar la tecnología para incrementar la participación de los electores, lograremos una mejor representación y, por lo tanto, mejores resultados de los políticos”, menciona.
Otro gran cuestionamiento respecto a estos planes tiene que ver con la ciberseguridad. Es por todos conocido que, durante las elecciones presidenciales de 2016, el gobierno ruso empleó ciberataques para inferir en el proceso electoral de E.U.
Si bien no existe evidencia de que estos ataques hayan alterado los sistemas electorales, sí se utilizaron técnicas de recolección de datos para mostrar publicidad altamente dirigida a usuarios específicos para influir en las tendencias electorales. Por si fuera poco, analistas políticos, de seguridad nacional y de ciberseguridad consideran altamente probable que las próximas elecciones de E.U. sean atacadas también.
Los expertos en seguridad han adoptado una postura en contra de la votación electrónica de forma casi unánime, pues consideran que, si bien es completamente factible implementar este método, la tecnología aún no avanza al punto de poder garantizar al 100% la integridad de este proceso: “Votar mediante el uso de un smartphone no es la idea más inteligente; existe un claro consenso entre la comunidad de la ciberseguridad”, asegura Duncan Buell, profesor de informática en la Universidad de Carolina del Sur.
Por otra parte, en el reporte del Comité de Inteligencia del Senado de E.U. sobre la injerencia de Rusia en las elecciones pasadas ha fijado una postura abiertamente en contra de la votación electrónica, afirmando que “E.U. debe resistir ante cualquier impulso a esta tecnología”.
El Instituto Internacional de Seguridad Cibernética (IICS) señala que estas medidas no son del todo desconocidas para los sistemas electorales de E.U., pues durante los últimos 10 años han aparecido diversos planes para habilitar la votación a distancia. El primer gran intento ocurrió en Washington D.C., que en 2010 lanzó un programa de votación en línea, el cual fue hackeado antes de comenzar a operar en una situación real, por lo que fue rápidamente descartado.
Hace un par de años, Virginia usó una app móvil para permitir a los votantes en el extranjero participar en las elecciones intermedias; un ejemplo similar se presentó en Utah, donde se habilitó una plataforma en línea específicamente diseñada para recolectar los votos de los ciudadanos discapacitados y así evitar la necesidad de trasladarlos a las urnas físicas.
Recientemente, el Comité Nacional del Partido Demócrata descartó un plan para registrar votantes en Iowa y Nevada de forma remota. Otros estados de la unión americana, además de múltiples países, han demostrado su interés en incursionar en la votación electrónica, aunque los expertos en ciberseguridad consideren que las condiciones para implementar estos planes aún no son las óptimas.
Trabajando como arquitecto de soluciones de ciberseguridad, Alisa se enfoca en la protección de datos y la seguridad de datos empresariales. Antes de unirse a nosotros, ocupó varios puestos de investigador de ciberseguridad dentro de una variedad de empresas de seguridad cibernética. También tiene experiencia en diferentes industrias como finanzas, salud médica y reconocimiento facial.
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