Las estafas en línea se han vuelto una práctica común y con la capacidad de generar millones en pérdidas para las víctimas mediante el robo de información confidencial como datos personales o detalles financieros. Aldo, una reciente víctima de fraude de identidad, relata la forma en la que un grupo de criminales le hizo creer que había ganado 15 mil pesos mexicanos (unos 700 dólares) y un smartphone, lo que se trataba de una trampa para obtener, de forma ilegítima, un crédito de 200 mil pesos (9 mil dólares) a su nombre.
“El domingo 13 de septiembre recibí una llamada supuestamente proveniente de BBVA en la que me mencionaron que gané un premio en efectivo y un teléfono; me hicieron ir al cajero automático para verificar si el dinero me había sido depositado, pero antes de salir me pidieron la clave de acceso a mi banca en línea”, menciona Aldo.
Diez minutos después, Aldo recibió un depósito de 10 mil pesos, además de una llamad de los supuestos empleados bancarios que le mencionaron que poco después se autorizaría una transferencia por el resto del dinero.
No obstante, la víctima comenzó a sospechar cuando le pidieron un recibo de nómina, razón por la que decidió dirigirse a su banco al día siguiente. Al llegar, su ejecutivo bancario le mencionó que los 10 mil pesos en su cuenta no se trataban de un premio, sino que alguien había solicitado un préstamo a su nombre, aunque eso no era lo peor del asunto.
El ejecutivo bancario también le mencionó a Aldo que alguien había iniciado un trámite para obtener un préstamo de 200 mil pesos que debían ser cubiertos en un plazo de 6 años mediante 72 pagos: “Me dijeron que acudiera a la policía e iniciara una denuncia; llené cuatro formularios en el banco, inhabilitaron mi cuenta y pude irme”. Aldo asegura que en la policía le dijeron que el suyo no es el único caso, pues hasta el momento las autoridades han recibido alrededor de 600 quejas similares.
En redes sociales es posible encontrar diversos testimonios acerca de estafas similares o prácticamente iguales, dejando a las víctimas con la rabia e impotencia de saber que es poco lo que se puede hacer en un caso como este. Por lo general, los actores de amenazas buscan objetivos de bajos ingresos, pues creen que estas personas pueden ser engañadas más fácilmente.
Trabajando como arquitecto de soluciones de ciberseguridad, Alisa se enfoca en la protección de datos y la seguridad de datos empresariales. Antes de unirse a nosotros, ocupó varios puestos de investigador de ciberseguridad dentro de una variedad de empresas de seguridad cibernética. También tiene experiencia en diferentes industrias como finanzas, salud médica y reconocimiento facial.
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