En una aplicación tecnológica que parece salida de una película de ciencia ficción, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) recurrió a una orden judicial para obtener acceso a todos los dispositivos Android ubicados cerca del edificio del sindicato de policía de Seattle la tarde del 24 de agosto de 2020, cuando representantes del movimiento social Black Lives Matter (BLM) trataron de provocar un incendio en el edificio, forzando la evacuación de todo el personal.
Según el reporte, la agencia de investigación recurrió a la conocida como “orden de geovalla” para obligar a Google a entregar información sobre los dispositivos usando su popular sistema operativo móvil, ubicados en el área al momento del ataque.
Durante la investigación del incidente, un agente declaró que todo comenzó casi a medianoche, cuando dos sospechosos no identificados causaron daños intencionales en el edificio empleando explosivos de fabricación casera: “Con base en esta información, creemos que existe una causa probable para buscar información en posesión de Google y relacionada con los dispositivos ubicados cerca del lugar del incidente”.
En la orden, se exige a Google entregar datos del historial de ubicaciones, incluyendo datos GPS e información relacionada con puntos WiFi visibles y paquetes Bluetooth transmitidos desde estos dispositivos a Google, determinando los dispositivos al alcance de la investigación empleando las coordenadas, fecha y horas entregadas por el FBI.
Por obvias razones, activistas de la privacidad expresaron su preocupación, ya que consideran que Google no debería estar capacitada para entregar estos registros confidenciales a las fuerzas del orden sin tener un caso claro y como un intento por localizar potenciales sospechosos.
Esta clase de medidas pueden hacer que cualquier persona ubicada alrededor de una escena del crimen sea considerada sospechosa; si su dispositivo móvil muestra cualquier indicio de esto, las autoridades pueden enviarle un citatorio e incluso solicitar acceso completo a la información almacenada en su smartphone.
Al respecto, un portavoz de Google mencionó: “Al igual que con cualquier otra solicitud legal, tenemos un proceso riguroso que está diseñado para proteger la privacidad de nuestros usuarios mientras apoyamos el importante trabajo de la aplicación de la ley”, aunque no se ha confirmado si el FBI tendrá acceso a la información deseada.
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Trabajando como arquitecto de soluciones de ciberseguridad, Alisa se enfoca en la protección de datos y la seguridad de datos empresariales. Antes de unirse a nosotros, ocupó varios puestos de investigador de ciberseguridad dentro de una variedad de empresas de seguridad cibernética. También tiene experiencia en diferentes industrias como finanzas, salud médica y reconocimiento facial.
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