Ghost in the Shell y su influencia en la cultura hacker

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Aprovechando el reciente estreno internacional de la adaptación en imagen real del manga y anime Ghost in the Shell hemos pensado que sería buena idea repasar por qué es una obra tan importante y cómo ha influido en la comunidad hacker y en los profesionales de seguridad a lo largo de los años.

Todo esto visto desde el punto de vista de alguien que tuvo su primer contacto con esta obra hace ya más de 20 años y ha formado su propia colección…

La ciberseguridad en el universo de Ghost in the Shell

Ghost in the Shell (GITS) introdujo y adaptó conceptos que, aun a día de hoy, suenan revolucionarios. La idea de que una mente humana pueda vivir en un cuerpo sintético en forma de cyborg no era nueva, pero el enfoque que se le dio a una conexión permanente de humanos y máquinas a una red similar a la Internet de hoy en día supuso una pequeña revolución, sobre todo por los peligros que se mostraban en las páginas del manga.

CEREBROS A LOS QUE SE IMPLANTAN RECUERDOS FALSOS ES UNA FORMA EN LA QUE LA CIBERSEGURIDAD ESTÁ PRESENTE EN LA OBRA

Ciberataques protagonizados por grandes corporaciones que controlan gobiernos o ciberdelincuentes que toman el control de cerebros humanos y les implantan recuerdos que nunca existieron son solo algunos de los muchos ejemplos en los que la ciberseguridad está presente en esta obra.

No debemos olvidar que estamos hablando de una serie ciberpunk ambientada en un futuro cercano (entre 2029 y 2032) y que, por lo tanto, algunos de los ataques que se producen están basados en ataques reales. Tampoco es extraño ver cómo se comprometen dispositivos conectados de todo tipo, aunque también es cierto que no es lo mismo que ataquen tu nevera a que un ciberterrorista tome el control de tu robot sirvienta y la convierta en una mortífera arma de forma humanoide (adorable, sí, pero igualmente mortal).

Por nombrar solo algunos de los ataques que podemos ver en el manga/anime, los destinados a sistemas críticos, como los usados por la sección 9 o el gobierno, aparecen bastantes veces.

Obviamente, estos sistemas también cuentan con medidas de seguridad como un firewall y se representan de forma bastante gráfica estos ataques, así como las diversas capas de seguridad que se intentan vulnerar. Se pueden ver incluso escenas en las que algunos de los protagonistas se introducen en forma de avatar en los sistemas conectados para repeler o lanzar un ataque.

Otro ejemplo que se ha visto en la serie de animación Ghost in the Shell: Arise es la mención de malware real como Stuxnet para definir cierto tipo de ataques muy similares a los que hoy conocemos como APTs. Esto demuestra que los responsables de esta serie se han tomado la molestia de realizar una tarea de investigación para incluir conceptos del mundo real en el universo de GITS.

También se pueden observar ataques a sistemas pertenecientes a ciudades inteligentes. Estando ambientado en un Japón futurista, no es de extrañar que muchos de los sistemas como cámaras de vigilancia, señalización de tráfico o incluso sistemas de emergencias estén conectados, algo de lo que se aprovechan algunos de los ciberdelincuentes o los propios miembros de la Sección 9 para cumplir su cometido. Esto es un reflejo de alguno de los incidentes que ya hemos vivido en alguna ciudad, por ejemplo, con paneles informativos junto a señales de tráfico que han sido comprometidos.

Y como no podía ser de otra forma, el Internet de las Cosas y sus vulnerabilidades también está presentes en el universo GITS. Así pues, hemos comprobado cómo en la serie se compromete todo tipo de dispositivos como cerraduras electrónicas, robots de asistencia (que serían como una Roomba hipervitaminada), sistemas de vigilancia doméstica, armamento o vehículos de todo tipo.

El costado filosófico

Pero si algo destaca en Ghost in the Shell es el apartado filosófico, especialmente una constante que es la dificultad de discernir entre lo humano y la inteligencia artificial.

¿Dónde empieza la máquina y termina lo humano? ¿Puede una máquina tener alma (ghost)? ¿Se puede vivir eternamente si conectamos nuestra consciencia a una red de información casi infinita como internet? ¿Pueden unirse varias consciencias en una sola dentro de esa red? ¿Puede una inteligencia artificial rebelarse contra sus creadores? Estas son solo algunas de las preguntas que se plantean a lo largo de toda esta obra, preguntas que a día de hoy están plenamente vigentes y para muchas de las cuales aún no tenemos respuesta.

¿DÓNDE EMPIEZA LA MÁQUINA Y TERMINA LO HUMANO? ¿PUEDE UNA MÁQUINA TENER ALMA?

El movimiento cultural e intelectual conocido como transhumanismo también está muy presente en esta obra, puesto que la sociedad ha abrazado sin problemas la mejora cibernética. No se trata solamente de implantarse órganos o extremidades mejoradas; también tenemos casos extremos como el de la Mayor Kusanagi, a quien lo único que le queda de humana es su cerebro en un cuerpo plenamente sintético.

El querer alcanzar la perfección y la inmortalidad a través de la mejora tecnológica, como si este fuera el último escalón en la evolución humana, es algo recurrente a través de toda la obra, donde además se explican los riesgos y problemas que esto implica. Encontramos personajes en polos totalmente opuestos: algunos quieren conservar toda la humanidad posible, mientras otros están dispuestos a abandonar su cuerpo físico a cambio de vivir eternamente dentro de una red.

En el mundo actual tenemos ejemplos de gente que busca mejorarse a través de implantes tecnológicos. Algunos los conocen como biohackers, aunque para serlo no tienen porqué implantarse ningún dispositivo electrónico en su cuerpo, y es un ejemplo de que los hackers están en prácticamente todos los ámbitos, investigando e intentando mejorar diversos aspectos de nuestra vida desde perspectivas que no habían sido contempladas hasta entonces.

Fuente:https://www.welivesecurity.com/