Más allá del buen rendimiento de Windows 10, el sistema operativo de Microsoft ha recibido duras críticas por su insaciable sed de datos de los usuarios. Cuando la compañía lanzó la versión Windows 10 Technical Preview, en agosto del 2014, surgieron las primeras informaciones relacionadas con el espionaje. Un año más tarde, los de Redmond confirmaron las sospechas de los expertos e incluso desvelaron que el software de telemetría no se puede detener.
Sin embargo, el alcance del espionaje de Windows 10 no se había cuantificado hasta esta semana, cuando un usuario de la red social Voat, CheesusCrust, decidió investigar a fondo cuántos datos llegaban hasta los servidores centrales de Microsoft. De acuerdo con su investigación, el sistema operativo envía información del usuario miles de veces por día. Es más, CheesusCrust descubrió que él mismo estaba siendo espiado a pesar de que había deshabilitado las tres opciones de seguimiento.
Este usuario publicó también una lista con las herramientas y los procedimiento que utilizó en el análisis. Así, a grandes rasgos, instaló DD-WRT en un router conectado a Internet y configuró el registro remoto para un portátil con Linux Mint; instaló Windows 10 Enterprise en el ordenador a través de una VirtualBox y ejecutó el sistema operativo durante ocho horas aproximadamente. Por último, usó Perl para analizar los datos de registro.
En ese periodo de ocho horas Windows 10 intentó enviar datos a 51 direcciones IP diferentes de Microsoft más de 5500 veces. En total, y después de 30 horas de uso, el sistema operativo de Microsoft envió sus datos de usuario a 113 direcciones IP. Con todo, la sorpresa no se quedó aquí. CheesusCrust repitió la prueba en otro ordenador con Windows 10 instalado limpiamente y con todas las opciones de seguimiento desactivadas, pero esta vez incluyó laherramienta DisableWinTracking (disponible aquí).
Aunque este software se supone que evita que Windows 10 espíe al usuario -también mediante los procesos ocultos-, el usuario de Voat descubrió que tras 30 horas en funcionamiento el sistema operativo había logrado enviar sus datos de usuario a los servidores de Redmon en 2758 ocasiones y a 30 direcciones IP diferentes.
Esto significa que, incluso después de desactivar todas las opciones de telemetría de Microsoft e instalar el software antiespionaje más específico del mercado, Windows 10 está muy pendiente de la actividad de los usuarios. En conclusión: pese a todas las quejas recibidas, la multinacional no está haciendo nada por respetar la privacidad, al contrario, cuenta con herramientas muy sofisticadas para obtener los datos ajenos. El análisis de CheesusCrust no termina aquí, ha prometido publicar próximamente muchas más sorpresas en la segunda parte de sus análisis.
Fuente:https://computerhoy.com/
Entusiasta de la seguridad cibernética. Especialista en seguridad de la información, actualmente trabajando como especialista en infraestructura de riesgos e investigador.
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