En los últimos cinco meses, tres grandes compañías de seguros internacionales, Anthem, Premera y CareFirst han sido hackeadas. Docenas de millones de datos de seguros médicos y del hogar de sus clientes han sido robados.
Hace apenas dos días, se descubrió que un grupo de cibercriminales había hackeado las fichas de casi cuatro millones de funcionarios norteamericanos, robando datos como sus números de la Seguridad Social, historial de empleo, etc.
Las datos médicos, historiales clínicos o informes del seguro son el nuevo objeto de deseo de losciberdelincuentes, dejando en un segundo plano otros robos hasta ahora muy codiciados, como las tarjetas de crédito o las cuentas bancarias.
En el mercado negro se paga mucho más por un informe del seguro robado. La razón en sencilla. Contiene mucha más información valiosa.
Una tarjeta de crédito o una cuenta bancaria almacena cierta información importante, como tu nombre y dirección, y tu dinero. Pero un historial clínico, cuenta médica o seguro de salud o de vivienda además de tus datos personales incluye el número de la seguridad social, historial de empleo, ingresos, currículo, posesiones, inmuebles, matrículas de coches, y otra mucha información que los ciberdelincuentes pueden usar para falsificar no sólo tarjetas de crédito, sino otros muchos documentos: desde tarjetas médicas a carnés de conducir, documentos oficiales, y otros papeles.
Mark Bower, un experto en seguridad de la compañía Hewlett-Packard, asegura que este nuevo tipo de ataques a empresas médicas y de seguros “tiene menos que ver con el dinero, y más con el acceso más profundo a otros sistemas y agencias“. Lo cual es aún más preocupante, porque quien sólo busca el dinero sólo puede hacer un daño relativo. Pero quien busca algo más, tiene otras miras que a la larga pueden ser más peligrosas.
El valor de las tarjetas de crédito robadas ha caído drásticamente en el mercado negro, porque ahora los bancos reaccionan rápidamente y las cancelaciones o el bloqueo son más rápidos y efectivos.
Este nuevo tipo de ciberdelincuencia plantea nuevos problemas a los hackers éticos y las empresas de seguridad, porque ahora no sólo deben vigilar archivos o servicios, sino que también deben descubrir qué hacen los ciberladrones con esos datos no financieros que roban.
Desde identificar a personas de interés para posibles robos o extorsiones, a falsificar documentos o planificar estafas relacionadas con los datos personales robados. Es un nuevo escenario que va mucho más allá de vaciar la cuenta bancaria.
Fuente:https://computerhoy.com/
Trabajando como arquitecto de soluciones de ciberseguridad, Alisa se enfoca en la protección de datos y la seguridad de datos empresariales. Antes de unirse a nosotros, ocupó varios puestos de investigador de ciberseguridad dentro de una variedad de empresas de seguridad cibernética. También tiene experiencia en diferentes industrias como finanzas, salud médica y reconocimiento facial.
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